lunes, 7 de julio de 2008

La ciudad distraída y los ladrones atentos

El pasado miércoles dos de julio, mientras la ciudad de Quito estaba distraída por el triunfo de Liga Deportiva Universitaria, los delincuentes estaban más atentos que nunca.

Uno de los afectados es Christian Endara, de 20 años de edad, quien fue asaltado a mano armada.

"Yo salía de la casa de mi amigo con mi enamorada de la mano y una amiga suya extranjera, que estaba de visita en el país. Estábamos felices por el triunfo de la Liga y concentrados en eso.

Camino a la Shiris, por el sector del Pinar alto, paramos en una tienda por tabacos y nos bajamos todos del auto. Yo entré a la tienda y compré los tabacos. Al salir y caminar hacia el carro se me acercó un señor, no alcance a distinguir lo que me decía, pero de repente vi como otros cuatro más empezaban a rodearnos. En ese momento sospeche lo que podía pasar.

En cuestión de segundos, antes de que yo pudiera reaccionar, uno de ellos me puso un arma en la boca del estomago y me dijo que no me mueva ni diga nada. En es momento dos de ellos cogieron por la espalda a mi novia y su amiga, diciéndoles que no griten.

Nadie de nosotros pudo hacer nada en ese momento, solo le dijimos que se lleven lo que deseen pero que por favor nos dejen nuestros papeles y no nos hagan daño.

Nos rebuscaron de píes a cabeza y tomaron nuestros celulares y cualquier dinero en efectivo que tuviéramos, Además se robaron nuestras chaquetas y cada cosa de valor que encontraron, como relojes, cadenas, anillos, etc. entro todas estas cosas se llevaron algo así como quinientos dólares.

Lo que más me impresionó es que una vez que tenían todas nuestras cosas de valor, no se fueron inmediatamente, sino que se quedaron asuntándonos con sus armas y burlándose de nosotros. Yo sentí que jugar con nuestras vidas y nuestro miedo era para ellos un deleite, un placer.

Ellos se reían, mientras que yo solo pensaba en lo mucho que deseaba que eso termine rápido. Ya tenían todo lo que les servía pero seguían ahí molestándonos. Por un momento hasta pensé que nos iban a secuestrar o matar.

Empezaron a decirles groserías a mi novia y su amiga, eso me asustó más porque pensé que les iban a hacer daño.

Lo bueno es que dos minutos después, al fin nos soltaron y pudimos irnos rápido de ese lugar. Sentí un alivio inexplicable, a pesar de que aún tengo la sensación de la pistola en mi estómago. "

Por: Majo Lasso
Foto: http://www.segured.com/imagenes/asaltos.jpg